El idioma alemán puede sonar un poco rudo, pero vale la pena darle una oportunidad. ¿Puedes creer que Mozart compuso operas enteras en alemán? De verdad le quedaba muy difícil ser más talentoso. Wunder significa maravilla y märchen, fábula. El alemán es bastante cool porque puede hacer eso, juntar dos palabras y crear una nueva, en ese sentido Wundermärchen significa fábula maravillosa.
Ya sabemos que los cuentos de hadas o wundermärchen son pasados de generación en generación mediante la tradición oral, es decir que en las casas los abuelos y las abuelas, así como las madres y los padres, se tomaban un tiempo para contarle a los niños estas historias para que conocieran algo nuevo. Pero nos quedó la pregunta de cómo estos puedan cambiar el mundo y cómo pueden vencer al mal.
Fíjate que hay algo que sólo lo maravilloso puede hacer y eso darte el poder de crear tus propias reglas. Principalmente, las fábulas maravillosas necesitan una cosa y es que no pueden ser igualitas a la realidad, deben inventarse una manera nueva de sentir lo que nos rodea. ¿Te acuerdas de Alicia en el país de la maravillas (1865) de Lewis Carrol? Viste cómo Alicia llega a un mundo donde todo es diferente pero no termina por ser uno en el cual todo es raro y ya. ¡Ahí está lo increíble! Que si bien el mundo es diferente y tiene nuevas reglas también nos hace reflexionar sobre lo que nos pasa todos los días, sobre lo que asumimos. Lo maravilloso siempre nos está invitando a estirar, a modificar, a jugar con lo que creemos que no se puede transformar.
Mozart con su flauta mágica y Carrol crearon cuentos maravillosos porque tenían ganas de cambiar el mundo en el que vivían, de crear unas reglas que les permitieran experimentar, querían darse la oportunidad de convertir lo ordinario en extraordinario, de darle vida héroes y heroínas que a pesar de lo complicado deciden enfrentarse contra el odio y la crueldad, de convertir lo imposible, gracias a la magia, en realidad.